lunes, 17 de noviembre de 2014

Premio de Investigación

El periódico El Fielato acaba de convocar el Primer Premio de Investigación y Comunicación "Ramón Lueje", para jóvenes de último curso de Instituto, nuestros futuros universitarios. Se trata de que los estudiantes asturianos de la Comarca de la Sidra y la Comarca del Oriente miren a su alrededor y nos cuente lo que ven.
A mí me gustaría que los alumnos de Ciencias del Instituto de Villaviciosa nos descubrieran el misterio de la bacteria que contamina las aguas de la Ría de Villaviciosa desde hace tres años.
Mi enhorabuena a El Fielato por la iniciativa que, además, tiene una dotación económica para los tres mejores trabajos: 8700, 2000 y 700 euros respectivamente.
Los estudiantes de hoy serán los investigadores del mañana y cuanto antes empiecen, mejor. ¡Que investiguen ellos!, ¡Que inventen ellos!  decían nuestros antepasados y se quedaban tan tranquilos. Hoy es posible que no lo digamos tan claro, pero en el fondo lo pensamos, sino no se rebajarían las dotaciones a la investigación de forma tajante.
El equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas tuvo que salir a la calle, a sacarle los colores a los políticos, para no tener que salir de sus laboratorios. Se les había anunciado un recorte que suponía la muerte de la investigación pública. Parece que el grito dio resultado y, por lo menos, no tuvieron que cerrar. El Académico Javier Marías daba a conocer hace poco la precaria situación que vive la Real Academia de la Lengua Española, en principio el organismo encargado de limpiar, fijar y dar esplendor al idioma castellano. No es lo mismo predicar que dar trigo y aquellos que tanto defienden el castellano frente a otras lenguas de España, podrían ser los mismos que dejan morir a la Real Academia por inanición. Es posible que el dinero no de para alimentar al Instituto Cervantes, dirigido por el Villaviciosino Víctor García de la Concha, y a la RAE y se quiera matar a la madre en favor del hijo, aunque no sean incompatibles.
En Villaviciosa se tantea la posibilidad de convertir el monasterio de Valdediós en centro de investigación. Y a mí me suena a más de lo mismo. Porque si no hay dinero para la investigación con mayúsculas, de dónde se va sacar para enterrarlo en Valdediós. Una cosa es poner en marcha un centro de investigación y otra darle contenidos y mantenerlo. En Barros (Langreo) está acabado desde hace tres años un hospital de enfermedades neurológicas y no hay forma de ponerlo en marcha, porque requiere un dinero que no tenemos.
En el caso de Valdediós, que nació como convento, que después fue seminario, que lo abandonaron a su suerte durante décadas. Que lo resucitaron a base de gastar cientos de millones de las antiguas pesetas, que volvieron a abandonarlo. ¡Quien puede pensar que pueda ser un centro de investigación!. Lo apropiado es encontrarle una comunidad de monjas o frailes serios, dispuestos a vivir en el valle. En los últimos años pasaron por allí dos órdenes masculinas y salieron huyendo. Cómo será el sitio, que ni los monjes, a los que se les supone vocación monástica y espíritu de sacrificio, soportan el aislamiento que hay detrás de aquellos muros. ¡O será por el frío!.



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